viernes, 14 de octubre de 2011

La brecha……..¿cómo la superamos?

Por: #RonaldEcheverría

Nuestros países latinoamericanos, y en especial los centroamericanos, con excepción de Costa Rica, aún presentan serios rezagos en los índices de educación  de su población joven, y de acceso a la misma. Las políticas públicas y los presupuestos asignados siguen siendo insuficientes, así como las prioridades en cuanto a su asignación. Se habla mucho del tema, todos los sectores de opinión parecieran estar de acuerdo  en cuanto a lo prioritario de apostar por la educación, pero del “dicho al hecho, hay mucho trecho”. La realidad es que indicadores como la relación de la  inversión nacional en educación versus el PIB sigue arrojando porcentajes muy modestos por no decir bajos. Entonces, decimos vamos por la educación, pero las realidades apuntan otra cosa. Los presupuestos nacionales asignados a educación y su errática ejecución son la confirmación de lo  anterior.

¿Qué está sucediendo en nuestras empresas, competidoras en un mercado cada día más exigente?, ¿ya paramos la discusión y hemos trascendido de las palabras a los hechos?, la realidad demuestra que sólo un pequeño porcentaje, no arriba del 10% cuentan con programas formales de capacitación y desarrollo de competencias de su personal. ¿Por qué sucede lo anterior? ¿Qué impide el invertir en capacitación en las empresas? ¿Los programas de capacitación y formación no han cumplido con las expectativas? Estas interrogantes, y sus probables respuestas nos pueden dar una pauta de lo que ha estado ocurriendo. Dentro del grupo de las empresas que no invierten en capacitación de sus empleados, están aquellas que consideran que esto es un asunto de interés individual, y por trasferencia una responsabilidad del sistema educativo nacional. Nosotros pagamos nuestros impuestos,  y consideramos que es papel del Estado a través del gobierno el  educar a la población, pareciera ser su argumentación. Otros con enfoque más individualista, dicen, esto es responsabilidad de individuo. Algunos están de acuerdo pero concluyen que toda inversión, aún la hecha en capacitación, al final debe ser cargada al precio del producto y servicio, y esto los hace menos competitivos.

Sobre la base de nuestra experiencia como consultores de DO en el área centroamericana, hemos comprobado experiencias positivas en empresas que han hecho suyo el compromiso de forjar  y capacitar a su personal. Normalmente las experiencias y las lecciones que se desprenden de ellas, han sido que el personal  ya capacitado  ha ampliado sus competencias y se ha convertido en factor que incide positivamente en los resultados del negocio.  Pero los programas de capacitación que funcionan, han nacido de una detección profesional y técnica de la brecha existente entre las competencias actuales con las esperadas para cada uno de los miembros de  su personal. En otras palabras los responsables de  Recursos Humanos  por medio de intervenciones de identificación de necesidades de capacitación basadas en las competencias que implican el desarrollo de los puestos de la organización, han sabido detectar la “brecha”.  Luego han implementando un Programa de Capacitación y Desarrollo de Competencias basado en  estrategias  para superar la brecha, al mismo tiempo que han sabido integrar los intereses de la empresa con  las aspiraciones individuales de su personal,  dentro de un “marco de carrera de los empleados” en  la organización, que permita su desarrollo, y esto  ha dado por  resultado, mejores empleados con habilidades y competencias deseadas  y empresas que como producto de ello  han logrado alcanzar sus objetivos y metas.