viernes, 16 de marzo de 2012

El diagnóstico y la receta de la Comisionada

Por: Ronald Echeverría

Nuestro país y el área centroamericana han estado visitados. Hemos sido objeto de primeras planas. Hace pocas semanas estuvo en Honduras el Vicepresidente Joe Biden   de EEUU y se reunió con los presidentes de área, antes nos visito la Secretaria de Seguridad Nacional  Janet Napolitano   y hubo pronunciamientos sobre la despenalización de las drogas impulsadas por el Presidente Otto Pérez, y las alternativas en su combate.    Esta semana fue el turno de la alta Comisionada de  Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Sra. Navi Pillay.  Nos visitó durante 24 horas, sostuvo una agenda apretada que incluyó reuniones con el Presidente, miembros del Congreso, la iniciativa privada, la sociedad civil y los pueblos indígenas. En ese lapso corto  de tiempo concreto un  diagnóstico  del  país: “aseguro que hay varia situaciones que le preocupan como el uso del Ejercito para la seguridad y la discriminación, aunque ve con buenos ojos la coordinación institucional en la lucha contra el crimen organizado”.  Para llegar a dichas conclusiones comento: “escuche  historias de abuso y violaciones, pero también de perseverancia y optimismo, de esperanza y sueños”.  Fueron parte de  diagnóstico-que en la actualidad- “hay más muertes violentas cada año que en tiempos del conflicto armado interno, y vemos  altos niveles de homicidios y violencia contra las mujeres”.

Dentro de sus recomendaciones manifestó:  “Para luchar contra la inseguridad, la violencia y el crimen, debemos  atender primero sus causas estructurales, y luego adoptar una estrategia integral que abarque la prevención de la violencia, el control y la sanción, la rehabilitación y la protección de grupos en riesgo, y que esté firmemente basada en los derechos humanos de toda persona”. Mencionó también  la necesidad  de reformar y fortalecer a la PNC, controlar las armas  y supervisar las empresas de seguridad privada, así como la priorización de la reforma policial para profesionalizarla y dotarla de recursos.

Su diagnóstico express, no por ello deja de ser en buena medida apegado a la realidad, aunque con un enfoque un tanto parcial. Realmente no se dijo  nada nuevo,  lo dicho lo hemos estado oyendo y comentando los últimos diez  años, por no decir desde  que se firmaron los Acuerdos de Paz.  En lo que si diferimos o por lo menos no lo vemos como  ella lo ve, es el riesgo del rol del Ejercito en la estrategia de combate a la delincuencia y el crimen organizado.  Ante la gravedad de la situación que ella sólo ve cómo  indica en sus declaraciones, los guatemaltecos  de todos los estratos sociales tanto del interior como de la ciudad, en cambio  las sufrimos en carne propia. No son sólo rumores y elucubraciones. Los Derechos Humanos  de los Guatemaltecos si  están siendo vulnerados, comenzando con el primero, el derecho a la vida. En cualquier esquina podemos perderla por robarnos un celular. De esto no tenemos que oír opiniones de la experta para ponderar nuestra situación de indefensos ante la violencia y la delincuencia. Por ello nos parece sesgado su criterio, cuando pasa del diagnostico a la receta,  y conmina al Gobierno a desistir de la estrategia de utilizar al Ejercito en el combate contra la violencia y el crimen organizado. Según ella la violencia y el crimen organizado en cuanto a su combate, debería hacerse sólo por medio de la PNC,  en coordinación con el Ministerio Público y el Organismos Judicial. 

Ese criterio de que las fuerzas policiales son las llamadas a cumplir con la seguridad ciudadana tampoco es nuevo, y nuestros gobiernos a decir verdad han  buscado su profesionalización con las hasta ahora fracasadas reformas policiales, incluyendo su academia de formación de nuevos cuadros, y la asesoría de nuestra Comisionada Mirna Mack y otras expertas. Algo se ha logrado, pero todavía resta mucho por  hacer. En esa parte de la receta si concordamos con la Comisionada de Derechos Humanos.  Pero lo que no podemos estar de acuerdo, es en no utilizar todos los recursos con que cuenta el Estado, cuando se trata de cuidar y preservar la vida y los bienes de los guatemaltecos. Nuestro país a pesar de contar con una razonable estabilidad macro económica, y que la misma es la más grande de centro América, adolece de recursos en la medida de sus necesidades. El presupuesto del Estado, es insuficiente para cubrirlas necesidades de salud, educación, seguridad,  vivienda y combatir la desnutrición crónica de un buen porcentaje de niños que crecen sin la dieta mínima requerida. No estamos para desperdiciar recursos. El Ejército es parte del Estado, es costeado por los impuestos de los guatemaltecos, y cuenta con competencias que tienen aplicación en el combate a la violencia y el crimen organizado. No estamos para discusiones ni posiciones de lo que es políticamente correcto. Ante una emergencia hay que utilizar todos nuestros recursos. Por otra parte, esto tampoco es nuevo, ya se ha venido implementando desde los últimos tres gobiernos, incluyendo el actual. Extraña porque ahora, cuando un General es el presidente elegido democráticamente, se señala ello cómo una señal negativa. Los derechos humanos de los guatemaltecos están siendo violados,  pero hay  que señalar en la dirección correcta a los principales culpables: Los grupos paralelos clandestinos, el crimen organizado, las pandillas juveniles  y el narcotráfico. Claro no vamos a pecar de ingenuos, también las fuerzas de seguridad tienen su cuota  y responsabilidad en cuanto  a violaciones a los derechos humanos  y otros crímenes, pero este problema tampoco se resuelve con dejar fuera al Ejército en la estrategia de seguridad.

En algo que estamos de acuerdo, es que las causas de la violencia son estructurales  y sistémicas. Siempre lo son en todas partes del mundo y lo han sido en todas las épocas de la historia. No hay efecto sin causa. La violencia, los asesinatos, los secuestros, las extorsiones, la trata de personas, el contrabando, el narco tráfico  son males que aquejan a nuestro país y a prácticamente todos los países en el mundo, y esto dejando fuera  las guerras y revoluciones de distinto tinte ideológico,  pero que no  solo se explican por la exclusión y la pobreza, la falta de oportunidades, la pobreza, el  racismo, o por el sistema económico y políticas de desarrollo y gobierno impulsadas. Sí así fuera, no habría violencia y crímenes en países y sociedades con altos estándares de vida, y donde los ciudadanos han satisfecho en su gran mayoría sus necesidades tanto de subsistencia como las de orden superior que permite la existencia de infraestructura de calidad, la tecnología y sus aplicaciones, y del  capital y la riqueza.  Vemos crímenes, acciones de violencia y violaciones de derechos humanos, tanto en sociedades capitalistas, socialistas, o islámicas. En barriadas y favelas de nuestros  países latinoamericanos o  en universidades de primer nivel en EEUU, así cómo estafas y robos en los mercados populares o en los mercados financieros de Wall Street. El narco tráfico es alentado por la demanda de drogas  en los países ricos, con secuelas de muerte en los nuestros. Hay pandillas juveniles en los bajos de Manhattan, y en nuestras zonas marginales de la periferia.  Por ello  aunque es sumamente importante el reducir las desigualdades sociales, mejorar la condiciones de vida de los sectores en desventaja social, y  entrarle  a superar los problemas de educación, salud, acceso a la tierra, de vivienda y la conservación del medio  ambiente, no por ello debemos seguir la receta  de la Comisionada que desde lejos nos recomienda, que primero debemos superar las causas estructurales, para luego atacar los efectos de la violencia en todas sus formas.  Esta receta puede que deje a toda nuestra  generación sin solución, esperando que la siguiente la tenga. 

Consideramos que los esfuerzos en todo caso deben ser simultáneos, medidas preventivas más medidas correctivas. Claro que mejorar los rezagos sociales,  es una tarea pendiente, que su solución contribuirá en buena medida a mejorar las condiciones de vida  de todos los guatemaltecos.

Debate: La estrategia central del negocio y la dirección de RRHH

Debate en el Grupo: El Salvador Business Club, Linkedin.