domingo, 15 de julio de 2012

La lealtad se construye

Por: Ronald Echeverría

Las empresas constituyen sistemas en que interactuan los accionistas o propietarios, los gerentes y los empleados en su entorno interno. Entre ellos conforman la organización. Cada uno de ellos desempeña un rol y está llamado cumplir  una misión individual que debe contribuir a la general, es decir al negocio. Se ha dicho y con razón, que para mantener a la misma direccionada y coherente con sus objetivos y metas, deben existir entre otras condiciones, una, y ésta es la lealtad. La misma cuando tiene un campo propicio, prospera como el moho en la humedad. Es contagiosa cual virus, y se reproduce cómo estos entre todos los miembros de la organización. ¿Pero de donde deviene su presencia en algunas empresas?, o al contrario, ¿Por qué cada vez menos la vemos presente en nuestras empresas?. ¿Ya se no busca como una virtud o principio  a observar? ¿Ya no es parte de los valores de la empresa, ni parte de su decálogo? La respuesta es que sí, normalmente la vemos en las declaraciones de misión y visión de las empresas, pero en la práctica cada vez está más ausente. Se está convirtiendo en letra muerta, y esto ha tenido repercusiones negativas.

¿Pero que está pasando? ¿ Quién ha roto el vinculo primero? ¿Las empresas y sus gerentes, o los empleados o colaboradores? Las respuestas están tanto adentro cómo afuera de la empresa. Los cambios en las condiciones de negocios, la creciente competencia, la crisis económica de los últimos años, ha generado en las empresas situaciones de baja en sus ventas, en sus utilidades, y para poder competir y a veces su pervivir  se han visto obligadas a reducir sus costes. La planilla ha sido una de las áreas que más han resentido los recortes. En esto ha faltado creatividad e inventiva en las empresas, y en esto hay varios ejemplos en nuestros países, que han recurrido al despido producto del cierre de tiendas, sucursales, reducción de servicios,   bajas en su producción, y en algunos casos extremos al cierre definitivo de sus operaciones. Otras y no pocas veces, producto de la mala administración, estrategias de mercadeo y ventas equivocadas, y poca visión de los gerentes a cargo de los negocios. Los resultados de lo anterior se han traducido en despidos y paros. Con el agravante de que no siempre se han previsto cómo la ley manda las contingencias de contar con provisiones para el pasivo laboral. Trabajadores se han ido sin su paga de prestaciones completa, y algunas veces sin su indemnización.

La lealtad es una moneda de doble cara. Por un lado la lealtad de la empresa hacia sus colaboradores, y la otra la lealtad de los empleados hacia la empresa. Pero al romperse por el lado de la empresa u organización el  principio que los une, al igual  que el cemento en une los ladrillos de una construcción, esta colapsa. Lo anterior ha creado también una reacción de los empleados y personal clave de las empresas, ya no sienten que deben ser totalmente leales a su empresa, y por ende, están ahora más que antes atentos a nuevas posibilidades que podrían presentarse en el mercado del trabajo. Las nuevas posibilidades de Internet que incluyen entre otros, las bolsas de empleo, las páginas web de empresas con ofertas de empleo,  las redes sociales y la mayor interacción que esto permite, aumenta también la rotación del personal. Ya no se visualizan tanto la empresa y el empleado en relaciones de largo plazo, si no coyunturales y ventajistas. Le doy hoy trabajo porque lo necesito, le trabajo mientras no tenga una  mejor opción, parece ser  el pragmatismo de la situación actual del mercado del trabajo.

 El buen trabajo, la constancia, la entrega, la carrera organizacional,  el esfuerzo extra  y la lealtad del trabajador hacia la empresa está en crisis, pero parece ser que la culpa está más del lado de las políticas de gestión de recursos humanos impulsadas por nuestras empresas. Han sembrado vientos y se están comenzando a cosechar tempestades. Los hechos lo confirman.