lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Debería Uribe reelegirse, bajo una lectura geopolitica?




Lunes, 14 de Septiembre de 2009 19:01

Por: Ronald Echeverría
Bueno, si nos consideramos fervientes defensores de la democracia, del respeto a la ley y a las constituciones de nuestros países la respuesta es no. No debería. Ahora, ¿a quienes les conviene que los demócratas siempre jueguen limpio dentro de las reglas de la democracia, mientras ellos las violan? ¿Quienes salen ganando, cuando se actúa con cierta dosis de ingenuidad política? Pues a los nuevos defensores de las democracias basadas en la legitimidad de las elecciones, sean estas ganadas en buena lid, o no, lo importante es si son reconocidas por la comunidad internacional. De esto tenemos sobrados ejemplos. El régimen de Hugo Chávez, con su revolución bolivariana, ya se reeligió dos veces, ya cumplió 10 años en el poder, y con tres más para cumplir su mandato en el 2012, y ya con la autorización de poder reelegirse indefinidamente. En el 2007 perdió un referéndum que le impedía la reelección, pero para él sólo fue un problema de poca monta, ya que nuevamente convocó a otro referendo, y este por supuesto lo gano. Si lo hubiera perdido, hubiera hecho otro, no cabe la menor duda. Y esto en nombre de la democracia y el socialismo del siglo XXI. Vaya ironía, y que democracia. Su mayor emulo, líder y ejemplo es Fidel Castro. Cincuenta años en el poder, bajo una dictadura del proletariado, donde impera el nepotismo, y se dio el lujo, de cuasi monarquía en heredar el poder a su hermano Raúl. Buen ejemplo, y mejor alumno Chávez.

Pero, que tiene que ver esto con Alvaro Uribe y Colombia. Por una parte Colombia ha estado sufriendo dos guerras paralelas internas. Una la lucha contra el narcotráfico. La otra la lucha contra dos movimientos narco guerrilleros, de ideología comunista y de la izquierda radical, levantados en armas y con control, cada día menos, de ciertas zonas selváticas, limítrofes con Venezuela y Ecuador. Colombia, antes de Uribe, era un país atrapado entre dichos frentes. Sus últimos presidentes, unos más otros menos, con buenos o mediocres fines, pero inoperantes acciones y decisiones, estaban poniendo en bandeja de plata al país. Las guerrillas negociaban a sus anchas, mientras secuestraban, violaban sistemáticamente los derechos humanos y atacaban la infraestructura del país. Cada vez ganaban más terreno y reconocimiento, principalmente de los grupos de izquierda, y entre de estos de Chávez. El narco tráfico, controlaba bastas zonas y con su dinero había prostituido una buena parte del gobierno y sus instituciones así como una buena parte de los actores económicos. Uribe cambio de tajo ese panorama. Volvió a darle señorío y autoridad a la presidencia. Actuó en nombre de los colombianos, y para ellos. Consiguió quitarles las banderas políticas, de que luchan por los pobres y los oprimidos, mientras causan más dolor y sangre. Les está ganando la guerra militar y la tan importante o más, la guerra política y de la opinión internacional. El narco tráfico aún es importante, pero ya no está en el control, y ya no se visualiza al país como un narco estado. ¿A quienes les conviene un presidente así? Los que ya sabemos es que a los que más importa, es decir a los colombianos, sí. Por las encuestas de opinión, se sabe que Uribe cuenta después de cerca de 8 años en el poder de una popularidad del 70%, algo inédito en nuestros países. Y esto sin haber roto la institucionalidad del país, conservando los principios de división de poderes, y sin disminuir la libertad y emisión del pensamiento, y la participación política de la oposición. Uribe es pues un ejemplo, de cómo gobernar, en la adversidad. ¿Ahora a quienes no les conviene Uribe? Pues, a los que tienen planes ya en marcha de expandir su ideología socialista del siglo XXI, y crear un antiamericanismo en América latina.

Por su retorica, desplantes y acusaciones en su halo Presidente en su kilométrica cadena radial y en cuanto foro participa, se conoce de quien estamos hablando. Por lo menos no se le puede acusar de indefinido, ni discreto. Chávez acusa, insulta y denigra al Presidente Uribe, y al imperialismo yanqui, de orquestar planes para derrocarlo, o tramar magnicidios contra su persona. Lo último, es su interpretación sobre las bases colombianas, que en apego a su derecho de soberanía, Colombia ha decidido otorgarle permiso de uso a elementos del Ejército de USA, para combatir el trasiego de droga y lucha contra el narco tráfico. Chávez, lo ve como una clara agresión a su revolución y arma un escándalo, como sólo él lo puede hacer. Parece olvidar que el año pasado, se pavoneaba, y elogiaba su derecho soberano a realizar maniobras conjuntas con la flota rusa, en sus costas. Esto por supuesto está bien, y no es imperialismo, ni atenta contra terceros, interesante la lógica del socialismo del siglo XXI que predica. Esto sin mencionar, su último viaje a Rusia, donde obtuvo un crédito de más US$3 millardos para compra de equipo militar y armas, que incluyen submarinos y aviones de combate, todo ello por supuesto en su derecho de legítima defensa, que no reconoce a su vecino. Es interesante, ver y comprobar, que como ningún otro presidente, excluyendo a Fidel, en la era moderna de América latina, antes y ahora, tiene, nadie ha tenido el poder para poder decidir en nombre del Estado y el país, comprometiendo y regalando recursos, que son propiedad del pueblo Venezolano. Actúa con su chequera de petrodólares en mano, y premia y castiga, según su alineamiento y sometimiento a sus políticas y visión a todos los países de la región ! Pero el no es imperialista, ni capitalista, ni busca la riqueza, ni el poder, sólo el beneficio de los pobres! Cuánto dinero y riqueza venezolana ha sido malversada y mal utilizada, mientras aún muchas de las necesidades de su pueblo no han sido superadas. Algún día, esperamos no muy lejano, esta realidad saldrá a flote, esperamos que no sea demasiado tarde para nuestra hermana república Bolivariana de Venezuela, cómo ahora se llama.

Por otro lado, sus cachorros, como él le llamó en su momento, al ex presidente de México Vicente Fox, Rafael Correa y Evo Morales, ya han puesto en marcha sus políticas, y el primero ya se reeligió y cambio la constitución para ello, y Evo está por hacerlo por medio de las elecciones de noviembre. Son unos aventajados y diligentes alumnos. También en Centro América, Daniel Ortega, ya esta diligentemente trabajando en ello, pese que para regresar al poder, se definió como demócrata, diciendo que su pasado guerrista y radical había sido superado. Es parte de la moral y dialéctica socialista, mientras sirva a la causa, los medios se utilizan a discreción. El único que fue aplazado en su intento por el momento es Zelaya en Honduras. De ahí parte de su cólera. Todos ellos se autodenominan independientes, y también blasonan una autonomía que no tienen, o en todo caso, sólo ha cambiado de eje. De Washington a Caracas, nada más. En lo que también están de acuerdo en ver a Colombia cómo el vecino no deseado, y al que hay que purgar. Y por supuesto, también desearían a Uribe fuera del escenario y del poder.

Entonces, ¿conviene la reelección de Alvaro Uribe? Si nuestra Latinoamérica, ya tuviera la cultura democrática de los vituperados norteamericanos, y de los países europeos occidentales, la respuesta es un rotundo no. El sistema democrático, no debería basarse en personas, si no en leyes y normas basadas en sistemas que funcionen para beneficio de los ciudadanos de nuestros países. Pero, a aquí se está jugando, más que elecciones democráticas, se está jugando con las directrices del modelo democrático en que queremos vivir los latinoamericanos. Los que abogamos por la libertad, la verdadera democracia, y la defensa de los derechos humanos, y el vivir bajo principios, y el respeto a la libertad de conciencia e información, consideramos, que estratégicamente, no se puede entregar un país, en manos no expertas, cuando está siendo asediado por sus vecinos, en nombre de un socialismo del siglo XXI, que no es más que el viejo comunismo, fracasado tanto en Europa Oriental, la Unión Sovietica y el caso más patético, Cuba. Por ello Uribe, debería ser reelecto, y los colombianos son los mejores jueces y partes para decidirlo y seguir siendo un líder referente para nuestras incipientes democracias