lunes, 6 de mayo de 2019

El Síndrome de ESTOCOLMO en la Empresa


Por: Ronald Echeverría

¿Cuándo aparece El Síndrome de ESTOCOLMO en la empresa?
Se le conoce con un estado psicológico en que las víctimas de un secuestro, desarrollan una relación de complicidad ante su captor. Aun cuando son rescatadas por la policía. Tiende a ponerse en su lugar, y asumir su defensa. ¿Cómo puede ser eso? Pero pasa, y más frecuentemente en la vida diaria. La esposa maltratada, que defiende y justifica a su esposo. El soldado, que orgulloso, justifica la disciplina extrema, y los castigos. Las víctimas de los huélgueros, que apoyan los retenes y bloqueos callejeros. Los bautizos humillantes, que luego se hacen festejo. Las bromas de mal gusto y apodos denigrante, que todos celebran. En las empresas, gracias a Dios, no todas. Se desarrolla entre el personal el SE, cuándo éste, ya contratado, olvida y hasta justifica, el trato y proceso a que fue sometido, cuando fue contratado. Haber pasado la prueba, aunque innecesaria, los llena de orgullo. Si soporte, dicen. Ahora, justifica la política. Igual, tiende a justificar y ser caja de resonancia, cuando se aplican políticas, de mala paga, llamadas de atención en público, críticas personales, y que inhiben la creatividad, la innovación, el respeto mutuo, la confianza, la lealtad y el desarrollo personal.

El Síndrome de CRONOS en la Empresa


Por: Ronald Echeverría

¿Qué pasa cuando aparece el SÍNDROME DE CRONOS en la Empresa?
Este síndrome, su nombre, deviene de la mitología griega, cuándo Cronos derroco a Urano su padre, y este luego es sustituido por sus hijos, entre ellos Zeus. Este se interpreta cuando los ejecutivos impiden que ingresen o crezcan otros buenos prospectos. Es muy usual, pero no se reconoce, se niega, y se justifica de muchas maneras. La gerencia y las jefaturas, en un afán de afianzar y mantener el poder, van restringiendo la carrera interna del personal, privándolos de oportunidades de crecimiento. Asimismo, pueden poner, trabas de ingreso, y una cultura, que no privilegie la superación interna, ni los verdaderos valores, sino la sujeción hacia la jerarquía. El mismo, tiende a justificarse, en que se quiere personas leales, que acepten las políticas y su carrera en la antigüedad, mas que en sus aportes. El crecimiento, tiende a ser horizontal, dentro una franja salarial en el mejor de los casos. Con ambientes labores así, el predicar, de valores como el compromiso, la lealtad bien entendida, la responsabilidad, la calidad, la innovación, la creatividad, trabajo en equipo, servicio al cliente y responsabilidad social empresarial, son una quimera. Es decir del diente al labio. No funciona ni perdura, hashtagACE