sábado, 18 de febrero de 2012

La bella....atrapada sin salida




Por: Ronald Echeverría
La bella ciudad de Guatemala atrapada. Este viernes 17 de febrero sus principales arterias de circulación de vehículos colapso. La ciudad se paralizo tanto en la horas de la mañana, para tener su mayor colapso por la tarde hasta muy entrada la noche. Secuelas muchas, anécdotas personales de boca en boca dan cuenta la cantidad de horas perdidas, horarios trastocados y citas incumplidas, negocios y productos perecederos perdidos,  consumo innecesario de combustibles paradójicamente en la semana que subieron nuevamente de precio, aumento de la contaminación ambiental y del ruido propio del parque vehicular, y para acabar de hacer perder la paciencia y tranquilidad a los vecinos de la capital más poblada y moderna de centro América, también los inocultables asaltantes motorizados, vieron una oportunidad que no desperdiciaron para su fines aviesos, robando celulares y otros objetos de valor a los atrapados e indefensos ciudadanos en el trafico infernal.

Este caos, que no puede llamarse de otra forma, no es nuevo, se repite con demasiada frecuencia, perturbando la vida cotidiana, los negocios, las actividades educativas, la atención de los servicios básicos, como la salud y la seguridad pública. Los cerca de dos millones de Guatemaltecos que viven o desarrollan sus actividades personales y productivas en la ciudad, un 60%  provienen de los municipios vecinos a la misma. Entran y salen de la ciudad todos los días. La ciudad de Guatemala originalmente tuvo un buen trazo de calles y avenidas, su ancho de calles era para solucionar el transporte de no más de 100,000 vehículos, con el paso del tiempo, y por no prevalecer un ordenamiento de su crecimiento urbano y la no integración de modelos de desarrollo que integren el Distrito Central, ha propiciado que cada municipalidad establezca sus políticas y medidas para atender y dirigir el tráfico. Claro es digno reconocer, que las Policías Municipales de Transito,  han contribuido en alguna media a mitigar los efectos de los cerca de un millón de vehículos que entran y salen de la capital, y los que circulan por sus calles.  La ampliación de calles, la construcción de pasos a desnivel, los carriles reversibles y otras medidas a la fecha han sido insuficientes, o por decirlo de otra forma, no han podido soportar el aumento sostenido del parque vehicular que las ha sobrepasado. El Tras metro aunque solucionó  para el ciudadano de a píe su locomoción, tuvo un costo sobre el espacio que quito al transporte individual.  Por otro lado el factor de la inseguridad, ha propiciado que la clase media, la más numerosa a nivel  de la capital, tenga como mejor opción la adquisición de un vehículo propio.

Aunado a lo anterior, y poniendo su granito de arena para lograr el caos perfecto, lo constituyeron dos eventos acontecidos el viernes. Veamos. Por la mañana la manifestación de los Maestros bajo la férula de Joviel Acevedo, aduciendo el cumplimiento de  una hoja de ruta, que colapso la Avenida Reforma y el Centro Histórico. Por la tarde un lamentable accidente en el Km 19 carretera Interamericana, ya  que todos lo son, que dejo la lamentable pérdida de una persona, y de daños severos a un tráiler y cuatro vehículos particulares.

Esto pasa en todas las ciudades, pero en una que cuenta sólo con cinco vías importantes para entrar y salir de la misma, y donde en horas pico confluye el 60% del tráfico urbano, no puede ni debe quedar cerrada. Para sorpresa de cualquiera analista imparcial, nuestra ciudad de cara a los hechos,  pareciera no contar con  apropiadas medidas de contingencia para atender un accidente y una tragedia. Por supuesto la primera medida debe ser  tratar de proteger y salvar la vida humana, lograr el rescate de los heridos y brindarles los primeros auxilios, pero inmediatamente, las autoridades policíacas,  municipales, y principalmente el Ministerio Público, deberían actuar con la celeridad que el caso a merita. Es cierto hay que levantar las evidencias en la escena del accidente y realizar las investigaciones que procedan, pero esto no debe ser escusa para actuar con lentitud y  para cerrar ninguna artería vital para la buena marcha de la vida en la ciudad por más de una hora. Se deben despejar las vías y darle a la ciudad otra vez  la posibilidad de funcionar. Suficiente costo se pago con los lamentables accidentes, y con el tráfico causado por las manifestaciones de nunca acabar, para seguir castigando al automovilista que regresa a su hogar después de un arduo y largo día de trabajo.  La justicia, para ser justicia debe ser pronta y cumplida, y sus  investigadores parte fundamental del proceso deben tener conciencia del costo económico y social que implica un atasco  cómo el comentado.

Las lecciones aprendidas, son que aún no han aprendido las municipalidades, la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público a trabajar en conjunto para atender las emergencias del tráfico. Deberían realizar su trabajo con celeridad y profesionalismo, para contribuir a que  los automovilistas salgan de la pesadía de encontrarse  atascados y sin salida. No puede ser.





1 comentario:

Carlos Alarcón dijo...

Muy acertado lo que menciona, es inaudito que una ciudad "tan moderna" como Guatemala colapse por la ineficiencia y falta de trabajo en equipo de nuestras autoridades. También considero que es necesario mencionar que los ciudadanos en ocasiones no colaboramos en el sentido de hacer doble cola, tirarse contra la via, etc... esto solo agrava la situación. Ahora me pregunto ¿por qué no se hizo un reversible ese día? o acaso esa idea solo la puede tener la PMT de Guatemala...