
Por: #RonaldEcheverría
En la química hemos aprendido,
que cada elemento tiene sus propiedades. Cuándo actúa sólo las mismas
prevalecen y hacen evidente su aporte. Pero cuando se integran con otros, crean un nuevo elemento que se le denomina
compuesto, que normalmente tiene mayores cualidades y propiedades. Por ejemplo el hidrogeno y el oxigeno, por si sólo presentan ciertas propiedades
químicas, pero si se conjugan en una proporción de H2O, se crea el
agua. Maravilloso compuesto, de él se genera en buena medida la vida en la naturaleza y la hace posible. Dónde hay agua
suele germinar la vida, el planeta tierra, que a la verdad, debería llamarse
el planeta Agua, representa el 71%
de su superficie total. Pero no estamos dictando una cátedra de química o
biología.
Queremos referirnos al mundo empresarial, al ambiente de negocios, a las peculiaridades de nuestros mercados laborales, y sus
características. Estos por ser sistemas, también tiene sus elementos básicos, que por
separado cuentan con ciertas características
y competencias, pero que cuando se conjugan, sinérgicamente crean otros
compuestos (grupos, estructuras, organizaciones) que le dan razón y sustento al quehacer de negocios y del
trabajo, que requiere la economía para producir los productos y servicios que
nuestra sociedad necesita. El factor de producción por
excelencia, lo sigue constituyendo el ser humano, esto sin desmeritar el aporte
fundamental a la productividad que aporta la inversión en bienes de capital, es
decir las máquinas y ahora más
trascendente la tecnología en todas su vertientes, con la informática y las
telecomunicaciones a la vanguardia. Pero, nuestras empresas requieren siempre,
y este el tema central de este artículo, el desarrollar estrategias para lograr
concretar el “momento virtuoso”, este lo denominamos, cuando la misma logra
ubicar, seleccionar y contratar a los recursos humanos que necesita, con las
competencias y habilidades requeridas.
Pero este “momento virtuoso”, requiere de dos partes. También los prospectos
o candidatos deben estar preparados.
Deben por su parte, ser producto de carreras profesionales labradas en
la mayoría de los casos por el esfuerzo propio, y de un ambiente social y familiar
que les permitió consolidar un perfil profesional deseado.
Así cómo la construcción de
una de las maravillas modernas, cómo lo
constituyó la construcción del túnel debajo
del mar Mediterráneo, que unió a Inglaterra con el continente vía Francia. Esta proeza del invento, la
tecnología y la productividad humana, requirió
de dos equipos, uno por cada país, dos mentalidades, dos estrategias y métodos de trabajo, pero un
solo propósito, lograr integrarse en un punto de unión común. Resultado el túnel
subterráneo más largo del mundo, y con
mayores impactos económicos y sociales para ambos países, y en este caso para
toda Europa. De igual manera, y haciendo un paralelismo a nuestro mercado
laboral, es necesario que nuestro
capital humano, una de las partes en nuestro modelo, ya individualizado con
nombre y apellido, aprenda, primeramente la importancia de forjarse una carrera
que le proporcione los conocimientos y
estudios que serán la base de sus competencias. Más coloquial, que culmine estudios a nivel técnico, medio,
y universitario. Que busque la especialización,
los post grados, las maestrías. Que desarrolle habilidades de comunicación en
otros idiomas, y este al tanto de las nuevas tecnologías y su
uso. Paralelamente que cultive una personalidad
atractiva, desarrolle hábitos de trabajo productivos y creativos,
así como una sana actitud hacia éste y sus compañeros de trabajo. Cuidar el labrarse un buen record de trabajo, para que sus referencias laborales sean una
de sus mejores cartas. Lo anterior es fundamental, pero no por
ello decisivo. ¿Por qué decimos eso?
Basados en nuestra experiencia de head-hunter
por más de 25 años a nivel centro americano.
No basta ser el candidato ideal y tener las competencias que requieren las empresas. Es necesario para el
candidato el saber vender su perfil,
el ubicar oportunidades y tener una estrategia para ser tomado en cuenta
en ellas. Cómo preparar un currículo,
cómo conducirse en una entrevista, cómo
responder las preguntas del entrevistador, cómo vestirse y comportare, cómo
causar una buena impresión, cómo diferenciarse de otras opciones, esto es vital
saberlo y mejor saber hacerlo. Si esto no funciona, la mitad de la fórmula
del “momento virtuoso” no se logra. Por otro lado, y en ello hemos
acompañado a muchas empresas, éstas requieren de estrategias de búsqueda, y muy importante, de políticas de
administración de recursos humanos y
ambientes de trabajo, con perspectivas que representen un reto
positivo para los mejores. Deben enriquecer los puestos que ofrecen,
pensar en complementar los intereses de
la empresa con los de los candidatos, que luego como empleados y ejecutivos harán la diferencia. Las
empresas tienen la oportunidad de
utilizar las nuevas herramientas de la tecnología, las bolsas de trabajo en
internet, las redes sociales (Recursos Humanos, herramientas web 2.0) y la asesoría de firma expertas en
RRHH. En adición a las técnicas internas de selección por competencias.
En conclusión es vital que ambos elementos de la fórmula de empresas + Recursos humanos calificados se
complementen. Ambos deben conocer y
manejar apropiadamente las estrategias
que faciliten su encuentro y posterior integración. Es decir, que tanto nuestras empresas y nuestros mejores prospectos deben estar
facultados para provocar y luego aumentar las posibilidades de éxito
del “momento virtuoso”. Las repercusiones de una fórmula enriquecida entre empresas de
éxito y personal calificado y con
competencias deseadas,
indudablemente impactará de una
manera favorable en la innovación, la
productividad y la competitividad, de la cual están muy ávidos o necesitados
nuestros países centroamericanos. Los
profesionales de Recursos Humanos
tenemos un importante papel al respecto.
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