sábado, 6 de julio de 2019

EL SALARIO EMOCIONAL



Por: Ronald Echeverría

!Importancia del hashtagSalarioEmocional!, cuenta pero es un pagare. Daniel Goleman, con la hashtagIE revolucionó la Gestión de Personal. La importancia de las emociones, y su papel en el desarrollo evolutivo personal, es más que notable. Somos seres pensantes y racionales, pero muchas de nuestras acciones y respuestas a los estímulos, son emociones. Son casi actos reflejos. Están gobernados por la “amígdala” en nuestro cerebro. La vida inconsciente maneja nuestros órganos internos, y está detrás de la mayoría de nuestras decisiones. Este es parte su gran aporte. Entonces, el Salario Emocional, debe está integrado por una serie de factores y condiciones, que inciden positivamente en las emociones. Nos hace sentirnos seguros, aceptados, apreciados, motivados, integrados al grupo, nos dan sentido de pertenencia, razón de ser. Contribuyen a nuestro bienestar Psicosomático. El punto, es que la sola declaración, ¡En la empresa damos salario emocional! Y la enumeración de habilidades blandas de gestión, así como las condiciones favorables, no son per se, evidencia suficiente. Al igual que los pagarés pagaderos a la fecha, el Salario Emocional, se paga día a día, por la empresa al empleado. Más que palabras, son hechos palpables, que el empleado vive, valora y motiva. hashtagRonaldEcheverría hashtagACE

El SINDROME DE HUBRIS


Por: Ronald Echeverría

CUANDO A LOS JEFES EL PODER SE LES SUBE A LA CABEZA Y TIENEN EL SÍNDROME DE HUBRIS
En la psicología, se contempla el Síndrome de Hubris, conocida como la enfermedad del poder. Es una patología de los que creen saberlo todo. Tienden a sufrirla las personas que ejercen poder unísono sobre otras. A las cuales las hace depender de ellas y sus designios. Poco a poco se va ejerciendo presión y coacción hasta sojuzgar a sus seguidores. Ellos cómo Luis XIV son la Ley, y el Sol no se pone, sino bajo su voluntad. Claro, hay grados, no todos son tan enajenados y ensimismados de su autoridad. Esta expresión es muy coloquial: “Se le subieron los humos”. Es decir, el poder, el dinero, o el estatus social ganado, lo hace ver a todos hacia abajo, la opinión de los demás, no cuenta, sólo la suya. La verdad, y la piedra filosofal es suya, y por tanto las virtudes y habilidades solo se posan sobre su cabeza. ¡No se mezcla, ni menos se rebaja! El problema puede ser a nivel de políticos, gobernantes, reyes. Pero se da también, con leves matices y adaptaciones en las empresas. Principalmente en aquellas en que se fomenta el culto a la personalidad del jefe o el dueño. Los empleados al sufrir los efectos del Síndrome se alinean, o salen de la organización. ¡Vaya dilema! hashtagRonaldEcheverría hashtagACE