Por: Ronald Echeverría
Cuándo los Reclutadores juegan a dios, ¡pero no actúan cómo Dios! El poder puede convertirse en una droga adictiva. Algunos Reclutadores caen en ello. Se les delega autoridad para manejar el proceso de selección, de acuerdo a políticas y directrices de gerencia, y los empodera. Está bien, si es utilizada para escoger a los mejores, sin discriminaciones y preferencias. Ésto se torna de castaño a obscuro. Cuándo se descarta por edad, sin más, o se discrimina por sexo, estado civil, religión, o cierta discapacidad física. Son más papista que el Papa. Sí, no cumple al 100% de plano no va funcionar. Si no tiene la experiencia específica, aunque tenga el potencial, siempre no. Si tuvo una experiencia negativa, anteriormente, pues de plano va a fallar. Ah lo despidieron, debe ser flojo y falto de iniciativa, sin ver más.
En conclusión, saben su pasado, futuro y su destino. ¡Juegan a dios en minúscula! Pero Dios, el verdadero, está del lado de la esperanza, de ver desde la perspectiva de la oportunidad, de la confianza, y de la solidaridad. Sabe que doto al ser humano de la cualidad de reinventarse y ser mejor cada día. Los Reclutadores profesionales tienen presente ello, por tanto, buscan actuar como Dios, y no jugar a dios.
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